Septiembre: vuelta al cole para los gemelos. ¿Por fin?

De repente, ha llegado el mes de septiembre, casi sin avisar. En el norte de España no hemos tenido apenas verano este año, menos mal que hemos viajado hasta el sol y hemos podido disfrutar de buenas temperaturas.

El verano es, con mucho, mi estación preferida. Por lo que la llegada de septiembre me suele sentar como un jarro de agua fría. Sobre todo, porque hay que decir adiós a muchas cosas que nos hacen disfrutar durante muchos días seguidos.

Creo que puedo llegar a ser una madre de gemelos «rara avis» si afirmo que no tengo ganas de que empiecen el cole. Porque eso implica que nosotros comenzamos a trabajar, y vuelve el ritmo frenético del día a día y la tiranía del reloj.

Los gemelos de la edad de los nuestros (casi 3 años) o más pequeños, agotan. No paran un segundo en todo el día y todavía son muy dependientes. Pero en verano, los planes son geniales para ellos y para nosotros. La playita, la piscina, las terrazas al aire libre, los paseos, son planes en los que podemos disfrutar todos.

Además no puedo estar más en desacuerdo con la frase «tengo ganas de que llegue la rutina». Para los niños no es mala la rutina, pero viva el olvidarse del reloj, el hacer cosas diferentes, la improvisación… No pasa nada por saltarse un poquito los horarios, que para eso es verano, y los días son laaargos.

Por otro lado, durante el año, las obligaciones cotidianas nos impiden pasar todo el tiempo necesario en familia. Numerosos estudios recogen los múltiples beneficios de pasar tiempo juntos:

• Aumenta la autoestima de los niños y niñas.
• Promueve un desarrollo social saludable.
• Nos permite conocer más a nuestros hijos y ellos a nosotros.
• Fomenta la comunicación entre padres e hijos.
• Fomenta el aprendizaje.
• Reduce el estrés.
• Contribuye a que todos los miembros de la familia sean más felices.

Yo soy una gran defensora de preservar tiempo para la pareja en exclusiva y para uno mismo, pero el tiempo pasado juntos es muy valioso, y nunca vuelve. Esos momentos de disfrute familiar, y de ver el mundo a través de los ojos de los niños, es un regalo que deberíamos saber aprovechar. Qué cierta es la frase «crecen muy rápido».

No obstante, los niños también tienen que saber valorar la importancia del trabajo y del esfuerzo a través de los padres. Lo difícil durante el año es encontrar el equilibrio entre obligaciones y ocio (familiar, de pareja, social y personal). A nosotros nos cuesta bastante, sobre todo porque los gemelos todavía son pequeños, pero bueno, lo intentamos.

Por lo que a no ser que nos vayamos a una comuna hippy, nos toque el «Euromillón», o dejemos todo para montar un chiringuito en Indonesia, les llevaremos al cole unas horas y nosotros nos iremos a trabajar.

No tengo dudas, porque es así, de que una vez cambiado «el chip» a «modo-otoñal«, todos estaremos felices y contentos. Aquí una servidora a la que le encanta su trabajo, la ciudad donde vive… En general, su vida… Pero me cuesta tanto siempre decir adiós al verano…

Twinsecrets: Puede que me quedara traumatizada desde el capítulo de «Verano Azul» en el que todos vuelven a su casa y suena de fondo la canción del Dúo Dinámico «El final del verano, llego… y tú partirás». ¡No podía parar de llorar!

En fin, si no puedes con el enemigo, únete a él: ¡Bienvenido Septiembre!

¿Y tú? ¿Cómo lo llevas? ¿Tienes ganas de «septiembre»?